viernes, 27 de mayo de 2016

Editorial del viernes: Sentimientos de un 22q

Nadie me dio ninguna opción, nací así y eso no me hace diferente a ti, eso me hace especial.

Tú me miras con cara de pena, incomprensión e incluso esa mirada de desaprobación por ser diferente a ti. Con eso debo luchar desde el mismo momento que en la cabeza de mis padres se hundía mi diagnóstico, sólo buscaban la felicidad y les llegó una lucha diaria para conseguir que yo llegara lejos y en algunos casos para llegar a comprenderme o entender lo que pedía.

Horas y horas de especialistas médicos, horas y horas de miedo, horas y horas de estudios, horas y horas de terapia, nunca han abandonado, siempre han luchado y han sacado lo mejor de ellos para hacerme crecer.

Tal vez sea por ello por lo que soy tan cariñoso, tal vez sea porque me siento vivo, tal vez sea porque es la única manera de superar los obstáculos, con una sonrisa y con mucho humor.

Sé que aprenden cada día más ellos de mí que yo de ellos, que paradójico ¿verdad? El que tiene que aprender es el que enseña.

Ahora sólo quiero pedirte respeto, tal vez no sea el "guay" de la clase, ni al niño que invites al cumpleaños de tu hijo, pero permite que te diga que mientras todos ríen, juegan y hacen su vida, yo tal vez esté en la sala de un hospital, en cualquier terapia o intentando comprender un problema de matemáticas y un montón de cosas más que debo hacer para estar a la altura, simplemente por concebir la vida de un modo diferente.

Lo hago con felicidad y una sonrisa, ya que... Para que sirve llorar, ya tienen mis padres bastante como para verme hundido.

Firmado: Cualquier niño 22q

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